¿QUÉ ES?
Las candidiasis son infecciones agudas
o crónicas de la piel y mucosas causadas por un tipo de hongo llamado Candida.
La especie que con más frecuencia causa candidiasis, también llamada
candidosis, es la Candida albicans. Hasta el 75% de las mujeres pueden tener
una candidiasis a lo largo de su vida.
La candidiasis puede afectar a
diversas áreas, desde diversas zonas de la piel y sus pliegues, las uñas, la
boca, diversas partes del aparato digestivo, e incluso las válvulas cardiacas.
A pesar de ser un hongo infeccioso,
la Candida se encuentra normalmente en la flora común de la boca, intestino e
incluso en personas con un sistema inmune sano. Aunque en pacientes con las
defensas debilitadas, diabéticos e incluso embarazadas su presencia suele ser
más habitual.
Se puede establecer que la
infección por Candida puede ser superficial, siendo infecciones más comunes y a
las que podemos estar expuestos cualquier persona, y la candidiasis invasora,
que es la infección más grave de esta levadura y con alta mortalidad según en
qué situación se produzca.
CAUSAS
Las causas de candidiasis más
frecuentes que facilitan la infección superficial son estas:
·
ALTERACIONES DE LA PIEL: es frecuente que en
algunos lugares como las flexuras de algunas articulaciones, como la ingle, se
produzca un roce o fricción constante, originando una maceración que favorezca
la infección.
·
ALTERACIONES HORMONALES O DE MALNUTRICIÓN: este
hecho puede originar cierta debilidad en las barreras naturales de la piel y de
las mucosas, dando lugar a una mayor probabilidad de tener la Candida y por
tanto, generar una infección.
·
DETERMINADAS ENFERMEDADES METABÓLICAS: es
conocido que la diabetes puede predisponer a infecciones cutáneas por este
hongo, pero también se producen en pacientes con insuficiencia renal y en
diálisis.
·
FÁRMACOS: la infección por Candida se puede
presentar tras un periodo prolongado de uso de corticoides, favoreciendo la
aparición de muguet en la mucosa de la boca o el esófago, incluso con
tratamientos inhalados como el que realizan los pacientes asmáticos o con EPOC.
·
ALTERACIONES DE LA INMUNIDAD: en estas
situaciones la infección puede ser profunda, por ejemplo a nivel digestivo o
respiratorio, como sucede en situaciones de SIDA o pacientes con tratamientos
contra el cáncer.
·
GESTACIÓN: las alteraciones tanto hormonales
como metabólicas que acontecen en el embarazo hacen que esta situación conlleve
un aumento del riesgo de sufrir algún tipo de infección por Candida.
SÍNTOMAS
Los síntomas varían dependiendo de
la localización. El muget se manifiesta como unas placas cremosas y blanquecinas
que confluyen en dorso de la lengua, velo del paladar, mucosa gingival y
genital. Al desprenderse dejan al descubierto una mucosa roja y congestiva.
También la infección pude manifestarse como una lengua roja, lisa, brillante y
dolorosa o como una afectación de las comisuras bucales en forma de placas
triangulares, con escamas y fisuras en el centro o afectando a los labios,
principalmente al inferior con escamas adherentes de color grisáceo y
erosiones.
TRATAMIENTO
Lo más importante a la hora de
implantar un tratamiento para la candidiasis es distinguir el tipo de infección
por Candida que se padece para combatirla con efectividad.
Así, las infecciones cutáneas o
ungueales frecuentemente responden bien a preparados tópicos como pomadas,
cremas o geles.
En el caso de infecciones profundas
como la esofágica, se debe iniciar tratamiento con un tipo específico de
fármacos, pero en forma de comprimidos o pastillas durante 7-10 días, según la
severidad de la enfermedad. Este tratamiento va acompañado de otros agentes,
los cuales suelen necesitar de ingreso hospitalario y de administración
intravenosa.
Sobre todas estas líneas de
tratamiento se debe intentar recuperar el equilibrio que los distintos factores
causales de la candidiasis hayan podido quebrar, como son un buen control de la
diabetes, la interrupción de algunos regímenes antibióticos, o el buen cuidado
de la piel en determinadas situaciones.
El pronóstico de las infecciones
superficiales por Candida suele ser bueno, con algunas recurrencias que obligan
a repetir tratamiento o a utilizar algún método diagnóstico para descartar
otros gérmenes. No así en el caso de las infecciones profundas y en la
candidiasis invasora, con una alta mortalidad como en la endocarditis, donde
puede alcanzar hasta un 80% de los casos. Este pronóstico se oscurece sobre
todo en los casos en los que la infección visceral o de la sangre se asocia a
una enfermedad maligna y a sus tratamientos.
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