¿QUÉ ES y CUÁLES SON SUS CAUSAS?
El herpes zóster es una enfermedad
causada por el virus de la varicela zoster, el mismo que causa la varicela.
Después de tener varicela, el virus permanece en el cuerpo. Puede no causar
problemas durante muchos años. A medida que envejece, el virus puede reaparecer
como herpes zóster. Aunque es más común en personas mayores de 50 años de edad,
cualquier persona que haya tenido varicela está en riesgo.
Una persona no puede contagiarse
con la culebrilla; sin embargo, si tiene una erupción de culebrilla, puede
transmitir el virus a alguien que nunca ha tenido varicela. Esto suele ocurrir
en niños, quienes podrían contraer la varicela en lugar de herpes zóster. El
virus se propaga a través del contacto directo con la erupción, y no puede
propagarse por el aire.
La razón por la cual el virus de
pronto se vuelve activo de nuevo no es clara. Con frecuencia, solo se presenta
un ataque.
TRATAMIENTO
Aunque se suele resolver por sí
solo al cabo de una o dos semanas, la duración y gravedad del herpes zóster
pueden ser menores si se trata con fármacos antivirales. Según el paciente,
estos pueden administrarse por vía oral o intravenosa. Este tratamiento es
eficaz si se comienza en las primeras 72 horas desde el inicio de las ampollas.
Además, hay que evitar la infección de las lesiones mediante la aplicación de
antisépticos sobre la piel.
Para el tratamiento del dolor en la
fase aguda, se elegirá el tipo de analgésicos y la dosis más adecuada en
función de su intensidad. Si, una vez resueltas las lesiones, el paciente sigue
teniendo dolor, puede ser preciso remitir al paciente a un médico experto en el
tratamiento de este si fallan las terapias analgésicas y el dolor es muy
intenso. A veces, son necesarios otro tipo de fármacos en estos pacientes,
incluyendo algún tipo de antidepresivos, para el control del dolor.
SÍNTOMAS
La intensidad de los síntomas varía
según la persona, y aumenta, normalmente, con la edad. En general, el herpes
zóster comienza con: dolor de intensidad variable (puede ser leve o tipo
punzante), continuo o intermitente, picazón o cosquilleo en la zona donde
aparecerá la lesión, generalmente a un lado alrededor del tórax, la cintura, el
muslo o en la cara e incluso el ojo; posteriormente, este síntoma se transforma
en un sarpullido sobre una zona de piel enrojecida y sobre la que, rápidamente,
brotan ampollas; y entre siete y diez días después, las lesiones se secan y se
convierten en costras de color pardo-amarillento, que desaparecen
progresivamente, aunque la piel puede tardar en normalizarse entre dos y cuatro
semanas.
Otros posibles síntomas son:
malestar de estómago, fiebre, dolor de cabeza, inflamación de los ganglios
linfáticos y dolores musculares o cansancio.
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