¿QUÉ ES?
La abrasión o
úlcera corneal se produce cuando la capa externa y transparente del ojo sufre
una lesión que suele estar provocada por pequeños rasguños o laceraciones.
Estas lesiones son muy molestas y al cicatrizar pueden dejar una cicatriz en la
córnea, afectando a la visión, que en muchos de los casos requiere de cirugía
para corregirlo.
Los ojos son una
de las partes más sensibles del cuerpo humano debido a la importante función
que realizan, la visión. Por eso están bien protegidos por los párpados y las
pestañas, además del reflejo involuntario que nos hace cerrar los ojos
rápidamente para evitar daños, o el lagrimeo, que arrastra y elimina las
partículas de la superficie ocular.
Pero a pesar de
todos estos mecanismos de protección, en ocasiones es inevitable que se
produzcan lesiones. Éstas suelen ocurrir en la capa externa del ojo denominada
córnea, una lámina transparente que recubre el ojo y que, junto con el
cristalino, nos permite enfocar correctamente.
La abrasión
corneal es un problema común que se da sobre todo en niños, aunque deportes de
exterior como el ciclismo también aumentan el riesgo de que elementos extraños
se introduzcan en el ojo y causen el daño.
CAUSAS
Hay múltiples
causas por las que se pueden producir una abrasión corneal o lesión en la
córnea, pero las más frecuentes son las siguientes:
- Traumatismos directos: como es natural, cualquier golpe podría causar una lesión.
- Cuerpos extraños: se llama cuerpos extraños a cualquier elemento externo como motas de polvo, pestañas, arena, o pequeñas virutas, que se pueden meter en el ojo y lacerar la córnea. Estos arañazos también son peligrosos por el potencial riesgo de infección.
- Lentes de contacto: el hecho de poner y quitar constantemente las lentes de contacto hace que frecuentemente se produzcan lesiones.
- Manipulación: a veces nos frotamos los ojos con demasiada fuerza y se daña la córnea. Es muy común en niños muy pequeños que no controlan aún la fuerza.
SÍNTOMAS
Normalmente nos
damos cuenta cuando se nos mete algo en el ojo, y resulta obvio pensar que si
al cabo de unas horas sigue irritado es porque se ha producido una lesión. Sin
embargo, no siempre es así, y debemos conocer las señales para identificar una
abrasión corneal, especialmente en los niños. Estas son dolor, escozor e
irritación ocular con enrojecimiento; sensación de tener algo metido en el ojo;
lagrimeo; puede aparecer visión borrosa y sensibilidad a la luz; y a veces se
acompaña de dolores de cabeza.
TRATAMIENTO
Los primeros
auxilios consisten en detectar la gravedad de la lesión y actuar en
consecuencia, además de prevenir posibles complicaciones.
Para ello, no
debemos frotarnos los ojos si se sospecha de alguna lesión; en caso de que haya
un cuerpo extraño se deben dejar correr las lágrimas; si el elemento dañino
está enclavado en el ojo nunca se debe intentar quitar en casa, siempre será
necesario acudir a un centro sanitario; se puede utilizar un parche ocular como
barrera de protección mientras el ojo va sanando; no utilizar lentes de
contacto hasta que se haya curado completamente para evitar infecciones y
complicaciones; usar pomadas oculares y gotas, que además de ser antibióticas
para proteger contra infecciones favorecen la cicatrización; en caso de que el
dolor sea muy fuerte se pueden tomar analgésicos de venta libre estilo
paracetamol e ibuprofeno; y si hay dudas sobre la gravedad de la lesión hay que
acudir a un centro médico para confirmar el diagnóstico.
Como siempre, el
mejor tratamiento es la prevención, y en este caso proteger nuestros ojos
significa cuidar la vista. Hay que utilizar siempre gafas protectoras en
trabajos donde exista riesgo de dañarlos, igual que al practicar deportes. Unos
primeros auxilios a tiempo podrían salvar la vista.
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